Su cuello está formado por vértebras que se extienden desde el cráneo hasta la parte superior del torso. Los discos cervicales absorben el impacto entre los huesos. Los huesos, ligamentos y músculos del cuello sostienen la cabeza y permiten el movimiento. Cualquier anormalidad, inflamación o lesión puede causar dolor o rigidez en el cuello.
Muchas personas experimentan dolor o rigidez en el cuello de vez en cuando. En muchos casos, se debe a una mala postura o al uso excesivo. A veces, el dolor de cuello es causado por una lesión por una caída, deportes de contacto o un latigazo cervical.
La mayoría de las veces, el dolor de cuello no es una condición crítica y puede aliviarse en unos pocos días. En algunos casos, el dolor de cuello puede indicar una lesión o enfermedad grave y requiere la atención de un médico. Si tiene dolor de cuello que persiste durante más de una semana, es intenso o se acompaña de otros síntomas, busque atención médica de inmediato.
El dolor de cuello o la rigidez pueden ocurrir por una variedad de razones.
Tensión y tensión muscular
Esto generalmente se debe a actividades y comportamientos como:
- postura pobre
- trabajar en un escritorio durante demasiado tiempo sin cambiar de posición
- dormir con el cuello en mala posición
- sacudir el cuello durante el ejercicio
Lesión
El cuello es particularmente vulnerable a las lesiones, especialmente en caídas, accidentes automovilísticos y deportes, donde los músculos y ligamentos del cuello se ven obligados a moverse fuera de su rango normal. Si los huesos del cuello o las vértebras cervicales están fracturados, la médula espinal también puede dañarse. La lesión en el cuello debido a una sacudida repentina de la cabeza se denomina comúnmente latigazo cervical.
Ataque al corazón
El dolor de cuello también puede ser un síntoma de un ataque al corazón, pero a menudo se presenta con otros síntomas de un ataque al corazón, como:
- dificultad para respirar
- transpiración
- náuseas
- vómitos
- dolor en el brazo o la mandíbula
Si le duele el cuello y tiene otros síntomas de infarto, llame a una ambulancia o vaya a la sala de emergencias de inmediato.
Meningitis
La meningitis es una inflamación del tejido delgado que rodea el cerebro y la médula espinal. En las personas que tienen meningitis, a menudo se presentan fiebre y dolor de cabeza con rigidez en el cuello. La meningitis puede ser fatal y es una emergencia médica. Si tiene los síntomas de la meningitis, busque ayuda de inmediato.
Otras causas
Otras causas incluyen las siguientes:
- La artritis reumatoide causa dolor, inflamación de las articulaciones y espolones óseos. Cuando esto ocurre en el área del cuello, puede resultar en dolor de cuello.
- La osteoporosis debilita los huesos y puede provocar pequeñas fracturas. Esta condición a menudo ocurre en manos o rodillas, pero también puede ocurrir en el cuello.
- La fibromialgia es una condición que causa dolor muscular en todo el cuerpo, especialmente en la región del cuello y los hombros.
- A medida que envejece, los discos cervicales pueden degenerar. Esto se conoce como espondilosis u osteoartritis del cuello. Esto puede reducir el espacio entre las vértebras y agrega tensión a las articulaciones.
- Cuando un disco sobresale, como por un traumatismo o lesión, puede agregar presión a la médula espinal o las raíces nerviosas. Esto se llama disco cervical herniado, también conocido como disco roto o desplazado.
- La estenosis espinal ocurre cuando la columna vertebral se estrecha y causa presión sobre la médula espinal o las raíces nerviosas cuando sale de las vértebras. Esto puede deberse a una inflamación a largo plazo causada por la artritis u otras afecciones.
En raras ocasiones, la rigidez o el dolor de cuello se debe a:
- anomalías congénitas
- infecciones
- abscesos
- tumores
- cáncer de columna
Cuándo ver a su médico
Si los síntomas persisten durante más de una semana, consulte con su médico lo antes posible. También debe consultar a un médico si tiene:
- dolor de cuello severo sin causa aparente
- un bulto en el cuello
- fiebre
- un dolor de cabeza
- glándulas inflamadas
- náuseas
- vómitos
- dificultad para tragar o respirar
- debilidad
- hormigueo
- dolor que se irradia por los brazos o las piernas
- incapaz de mover los brazos o las manos
- incapaz de tocar la barbilla con el pecho
- disfunción vesical o intestinal