Las fracturas por estrés son pequeñas grietas en los huesos que ocurren debido al estrés repetitivo o al uso excesivo. Estas fracturas suelen afectar a los huesos que soportan peso, como la tibia (espinilla), los metatarsianos (huesos del pie) o el calcáneo (hueso del talón). ellos dan cuenta de 20% de todas las lesiones de medicina deportiva.
Estos tipos de lesiones por uso excesivo son comunes en:
- Atletas, particularmente corredores, bailarines y gimnastas.
- aprendices militares
- Cualquier persona que participe en actividades de alto impacto o que tenga un aumento repentino en la actividad física.
¿Por qué ocurren las fracturas por estrés?
Las fracturas por estrés ocurren cuando los músculos se fatigan debido a actividades repetitivas o de alto impacto que soportan peso, lo que los hace incapaces de absorber el impacto de los impactos repetidos. Las fuerzas excesivas luego se transfieren al hueso, provocando pequeñas grietas.
Los factores de riesgo para las fracturas por estrés incluyen:
- Uso excesivo: El impacto repetido y el estrés excesivo en los huesos sin el descanso y la recuperación adecuados pueden provocar fracturas por estrés. Esto explica por qué más que El 50% de todos los factores de estrés afectan a las extremidades inferiores y son comunes en personas que entrenan intensamente sin permitir que su cuerpo tenga suficiente tiempo para adaptarse y repararse.
- Aumentos repentinos en la intensidad del entrenamiento: Si aumenta rápidamente la frecuencia, la duración o la intensidad de sus entrenamientos sin permitir que su cuerpo se adapte gradualmente, el esfuerzo excesivo provoca fracturas por estrés.
- Mala técnica: La forma o la técnica incorrectas al realizar actividades físicas pueden tensar huesos específicos en exceso, lo que aumenta el riesgo de fracturas por estrés.
- Condiciones médicas: Enfermedades como la osteoporosis y la osteopenia debilitan la estructura ósea, haciéndolo altamente susceptible a las microfracturas.
- Nutrición inadecuada: La falta de calcio y vitamina D debilita los huesos, aumentando el riesgo de fracturas por estrés.
Opciones de tratamiento para las fracturas por estrés
Tratamiento de fracturas por estrés las opciones incluyen:
- Reposo e inmovilización: El descanso permite que el hueso sane y reduce el riesgo de daño adicional.
- Hielo y compresión: Aplicar bolsas de hielo en el área afectada y comprimirla con una venda elástica reduce la hinchazón y alivia el dolor.
- Medicamentos: Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de venta libre, como el ibuprofeno o el paracetamol, ayudan a controlar el dolor y reducir la inflamación. Sin embargo, consulte a un profesional de la salud antes de tomar cualquier medicamento.
- Terapia física: Su médico puede recomendar sesiones de fisioterapia para ayudar a restaurar la fuerza, la flexibilidad y el equilibrio.
- Ortesis y calzado especial: En algunos casos, el uso de dispositivos ortopédicos (muletas, botas protectoras y aparatos ortopédicos) o el uso de calzado de apoyo con amortiguación adecuada y absorción de impactos alivia la tensión en el hueso afectado y previene una lesión mayor.
- Cirugía: En casos raros, se recomienda la cirugía para las fracturas por estrés que no se curan con un tratamiento conservador o para las fracturas que han progresado hasta romperse por completo. Se utilizan placas de metal y tornillos para estabilizar el hueso durante el proceso de curación.
- Modificaciones en el estilo de vida: Su médico le aconsejará que realice ciertas modificaciones para ayudar a la recuperación. Esto puede incluir ajustar su rutina de entrenamiento, incorporar ejercicios de entrenamiento cruzado que sean menos exigentes para el área afectada y mejorar su nutrición para apoyar la salud ósea.
Consulte a un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado si tiene una fractura por estrés o sospecha que puede tener una. Complete el siguiente formulario para agendar una cita de trabajo con un especialista calificado.