¿Mirar una pintura podría mejorar su dolor?


Ingrese a cualquier hospital o institución de atención médica en los EE. UU., y es muy probable que encuentre algún tipo de guiño a las artes. Puede ser una exhibición de pinturas, fotografías o esculturas, un pianista tocando en la sala de espera, o simplemente un poema reflexivo e inspirador colgado en una pared. Muchos expertos creen que las artes tienen el poder de promover la curación y una mejor sensación de bienestar, y cuando se usan en este contexto, a menudo se las denomina las artes curativas. Las artes curativas abarcan una amplia gama de expresiones artísticas, incluidas las artes visuales, la música, la danza, la escritura e incluso el teatro. Abrazar las artes no solo puede ayudarnos a sentirnos mejor, sino que también puede reducir el dolor.

Veamos cómo usar las artes curativas con dos enfoques básicos que podemos etiquetar como pasivo o activo compromiso.

La experiencia pasiva implica abrazar el arte creado o producido por otros. Escuchar música, mirar una pintura o leer un poema son formas sencillas y fácilmente accesibles de asimilar las artes curativas. Las investigaciones, así como mi propia experiencia, indican que este tipo de interacción con las artes puede ayudar a aliviar el dolor, el estrés y la ansiedad.

Quizás el mejor ejemplo de esto es escuchar música, donde la distracción puede usarse como una herramienta para aliviar el dolor. Se ha demostrado que el tipo correcto de estimulación auditiva reduce los síntomas subjetivos de dolor y ayuda a calmar el sistema nervioso. La musicoterapia se ha investigado ampliamente en el tratamiento del dolor del cáncer, donde se ha demostrado que reduce el dolor, aumenta la sensación de autocontrol, promueve el bienestar, estimula la función inmunológica y reduce la ansiedad.

La estimulación visual también juega un papel en la modificación de cómo nos sentimos. Varios estudios a lo largo de los años han demostrado el impacto que el entorno físico puede tener en los pacientes hospitalizados. Las escenas de la naturaleza pueden reducir los niveles de dolor y ayudar a controlar los procedimientos dolorosos, como los cambios de vendaje. Los pacientes se recuperan más rápidamente de la cirugía cuando sus habitaciones tienen vistas panorámicas. Colgar cuadros en hospitales parece correlacionarse con una mayor satisfacción del paciente y una menor duración de la estadía. Tomarse unos minutos para escuchar música o examinar algunas pinturas o fotografías puede ayudar a proporcionar un alivio instantáneo del dolor y el estrés.

Pero involucrarse en las artes curativas de una manera más activa (dibujar, pintar, escribir en un diario, colorear, bailar) también puede servir como una poderosa herramienta de curación. Este tipo de actividades pueden ayudar a aliviar el dolor de diferentes maneras. Interactuar con un proceso creativo también puede servir como una buena herramienta de distracción, especialmente cuando el dolor estalla y sientes que realmente necesitas un descanso. La participación activa en las artes curativas también puede conducir a un procesamiento más profundo y una curación emocional que podría generar cambios más sostenibles en la experiencia del dolor y el alivio del sufrimiento.

Los estudios han demostrado que cuando los pacientes hospitalizados se dedican a las artes, sus estadías en el hospital son más cortas, los niveles de hormonas del estrés disminuyen, duermen mejor, tienen mejores signos vitales y requieren menos analgésicos. El compromiso creativo aumenta la actividad en una parte del cerebro conocida como gris periacueductal o PAG, que juega un papel importante en el alivio del dolor. Ser creativo también parece ayudar a contrarrestar otras consecuencias del dolor, como problemas de memoria, cambios de humor y aislamiento social.

Comenzar a apreciar o comprometerse con las artes curativas no significa en absoluto que deba ser un pintor, músico o escritor talentoso. Cualquiera puede admirar una buena obra de arte, disfrutar de música relajante o colorear un mandala sin ser juzgado por los demás. Escribir un diario, pintar o simplemente hacer garabatos puede ser tan privado o tan social como quieras. Lo que importa es que te ayude a encontrar algo de alivio del dolor.