Síndrome de congestión pélvica: una condición potencialmente debilitante


El síndrome de congestión pélvica, también conocido como insuficiencia venosa pélvica, afecta las venas en la parte inferior de la pelvis y el área de la ingle. Al igual que las venas varicosas en las piernas, las venas se agrandan a medida que la sangre se acumula en ellas. El dolor pélvico crónico es uno de los numerosos síntomas que puedes padecer. Si bien las personas describen el dolor como sordo, por lo general empeora cuando te sientas o te paras.

Aunque el dolor pélvico crónico explica 10 a 15 por ciento de todas las visitas al médico que son de naturaleza ginecológica, el síndrome de congestión pélvica a menudo se pasa por alto como causa. Sin embargo, la condición es debilitante para algunas mujeres. Por lo tanto, si continúa buscando alivio para el dolor y otros síntomas relacionados, puede ser útil aprender más sobre esta afección, que es común entre las mujeres.

Matriz de síntomas

Junto con el dolor debajo del ombligo, los síntomas adicionales pueden incluir dolor en la parte inferior de la espalda, dolor en las piernas, períodos menstruales dolorosos, dolor al orinar y dolor durante y después de las relaciones sexuales.

Muchas mujeres con síndrome de congestión pélvica tienen venas varicosas en las piernas y en la región de los glúteos o alrededor del área vaginal. Sangrado menstrual anormal, hinchazón vaginal, letargo general y depresión son otros síntomas que pueden ocurrir.

Diagnóstico complicado

Debido a que el síndrome de congestión pélvica es difícil de diagnosticar, el médico generalmente comienza por descartar otras afecciones que puedan ser la causa de los síntomas. Los fibromas, la endometriosis y el prolapso uterino son trastornos en las mujeres que imitan los mismos síntomas.

Su médico puede ordenar una ecografía para detectar venas anormalmente hinchadas y evaluar el flujo sanguíneo en la región pélvica. Otros estudios de imágenes que pueden conducir a un diagnóstico incluyen MRI (imagen por resonancia magnética), tomografía computarizada o venograma. Estas pruebas ayudan a identificar las venas varicosas, lo que respalda la idea de que la presión venosa puede ser la causa subyacente del dolor.

Conciencia del factor de riesgo

Debido a la estructura de su anatomía pélvica, el síndrome de congestión pélvica es una condición más común en mujeres que en hombres. Los factores de riesgo entre las mujeres incluyen el embarazo, la obesidad, el estreñimiento o un estilo de vida sedentario. Los niveles de estrógeno endógeno son otro factor de riesgo.

Causas comunes

Los cambios en la región pélvica durante el embarazo pueden provocar várices, que dañan las válvulas que mantienen el flujo de sangre en una sola dirección. Cuando las válvulas funcionan mal, un reflujo de sangre en la vena hace que se congestione. La vena hinchada luego comprime los nervios a su alrededor, causando dolor.

El aumento de peso de los líquidos durante el embarazo también puede dañar las válvulas de las venas, lo que permite que se acumule el reflujo de sangre en las venas. Además de los cambios estructurales en las venas que ocurren cuando está embarazada, los niveles elevados de estrógeno pueden contribuir a los problemas de las venas. Los altos niveles de estrógeno debilitan las paredes de los vasos sanguíneos, lo que aumenta el riesgo de desarrollar venas varicosas.

El síndrome de congestión pélvica puede desarrollarse después de una lesión en la pelvis. Un trauma físico, como recibir un golpe en la pelvis, sufrir una fractura de hueso pélvico o someterse a una cirugía para reparar una fractura, debilita los ligamentos y las estructuras musculares, lo que puede afectar las venas de la zona.

Tratamiento Individualizado

Si bien el síndrome de congestión pélvica tiene más de una causa, los médicos generalmente usan medicamentos para tratar el dolor pélvico asociado con la afección. Sin embargo, la afección puede ser difícil de tratar, ya que un régimen de medicamentos que alivia eficazmente los síntomas de una persona puede no funcionar para otra.

Los medicamentos que recetan los médicos para tratar los síntomas de esta afección médica crónica incluyen antidepresivos, analgésicos y medicamentos hormonales. En algunos casos, especialmente si los síntomas no mejoran, los médicos suelen recomendar un procedimiento mínimamente invasivo para bloquear las venas varicosas que causan el dolor.

La embolización venosa es una opción de tratamiento eficaz que puede mejorar los síntomas. La embolización de la vena pélvica consiste en pasar un catéter a través del cuello o la ingle hasta la vena dañada en la pelvis. Luego se empuja una bobina de metal dentro de la vena para bloquearla y que la sangre ya no fluya hacia la vena.

Si está buscando tratamiento para el dolor pélvico crónico, comuníquese con los médicos de Especialistas en Manejo del Dolor. Podemos realizar los procedimientos adecuados para diagnosticar con precisión y tratar la causa de su dolor.